Amaneciendo, me reflejo en la escarcha de tus ojos, mientras una extraña sensación de bienestar me mece en tus brazos, se me ha olvidado lo que andaba pensando, ya no se mueven las horas, se han parado hasta las olas, no me alcanza la vista, y con ella mirada perdida en recelo, remanso y bloqueo palabras que hoy en la noche las ceno, carretera que sigue tu mirada al esquivarme, amanezco mudo aunque la lengua me arde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario