Un susurro al oído mientras unas hojas de nogal vibran por el aire de poniente, un espasmo de sensación al rozarme, una caricia sin apenas tocar la piel y erizarme hasta abandonar el presente, esa mirada de vida que te atraviesa los ojos y te desnuda la mente, un olor a tu aroma cálida que se va acercando, una llama en proceso, se calienta el ambiente, crece el fuego que invade dos cuerpos en uno, arde, vibra, se siente, roza el abismo y se desliza hasta la locura, mezcla de emociones, de arder en deseo, de desear que fluya, dejarse llevar por el estilo desordenado, descompasado, rompiendo el silencio a bocados, fuego, fuego, fuego... me falta.